Tomado de: Guía para LA GESTIÓN DE GOBIERNO DIGITAL en municipios cubanos (elaborada en el marco de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Territorial (PADIT), coordinada por el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE) de conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el desarrollo del texto participaron investigadores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, la Unión de Informáticos de Cuba, entre otros.)
Gobierno digital es aquel gobierno diseñado y operado para aprovechar los datos digitales en la optimización, transformación y creación de los servicios del gobierno. A diferencia del gobierno electrónico —que está más enfocado a servicios tradicionales, disponibles a través de los canales en línea para aumentar la eficiencia y eficacia operacional de la administración pública—, el gobierno digital evoluciona conceptualmente para poner el énfasis principal en cuán crítico es el uso de datos con calidad —en tiempo real y offline—, con vistas a apoyar el trabajo del gobierno y la transformación hacia procesos y servicios superiores que mejoren de forma significativa la vida de los ciudadanos.
¿Cuáles son los modelos de madurez del Gobierno Digital?
Se puede entender el gobierno digital, en una perspectiva más general, a través de cinco niveles de madurez, a partir del modelo que propone la consultora internacional Gartner, como se muestra en la figura anterior.

El nivel de madurez inicial o nivel básico, que se identifica como gobierno electrónico, corresponde a un modelo de servicios reactivo; es decir, el gobierno reacciona a las potencialidades que le ofrecen las tecnologías de la información y las comunicaciones para ser más eficaz en su acercamiento con el ciudadano y para tener una gestión más eficiente. Se basa en una plataforma centrada en dichas tecnologías. Las relaciones de las partes interesadas giran en torno a la autoridad de gobierno a nivel territorial.
El gobierno digital, en su segunda fase o nivel de madurez de desarrollo, se denomina gobierno abierto. En este nivel, la transparencia es el foco de valor, es la base de la interacción. La transparencia está en la bidireccionalidad de la información. El ciudadano es cocreador, de usuario se convierte en proveedor y condiciona al ecosistema de actores a ofrecer datos para generar servicios de cocreación. Aquí la intermediación es el modelo de servicios predominante y la plataforma está más enfocada al ciudadano. Los datos empiezan a asomar su liderazgo. En este nivel de madurez es preciso tener presente la importancia de una política de datos abiertos, que, a su vez, regule cuándo proteger los datos privados del ciudadano o aquellos que son sensibles y debe limitarse el acceso a ellos. Una ley de datos abiertos, que regule la publicación de los datos públicos, con políticas de acceso, uso, distribución, copyright y privacidad, utilizando estándares abiertos, es un elemento clave en este nivel de madurez.
El tercer nivel de madurez se relaciona con un gobierno centrado en datos. Se dan soluciones a problemas viejos que no se habían resuelto, o nuevas soluciones a viejos y nuevos problemas, a partir del uso intensivo de los datos, en un sentido de complejidad mayor a la de los datos transaccionales que comúnmente se emplean en el gobierno. Se trata de lo que se conoce en el mundo con el término “Big Data” (macrodatos o datos a gran escala) y que se refiere a los nuevos paradigmas computacionales para extraer el verdadero valor de los datos variados, voluminosos y veloces, que se generan a partir del despliegue de sensores, las redes sociales, además de los tradicionales datos transaccionales gubernamentales. El modelo de servicios es proactivo; el gobierno se anticipa a las necesidades de los ciudadanos, a partir de evaluar sus preferencias y los datos que posee sobre ellos, gracias a su interacción abierta en la Web o en los canales que se han propiciado en etapas anteriores.
Ya en el cuarto nivel de madurez, nivel de gobierno digital gestionado, se habla de un gobierno digital constituido, donde el foco de valor es la transformación efectiva de los datos para mejorar la calidad de vida del ciudadano. Los servicios se ofrecen por múltiples canales. Las analíticas sobre los datos se diversifican para ofrecer más servicios personalizados y transformar los procesos de la administración pública, en función del comportamiento del ciudadano en su relación con el gobierno y con otros factores socioeconómicos y ambientales.
El último nivel en este modelo de madurez es el optimizado y caracteriza a un gobierno inteligente. Con todos estos análisis de datos, el gobierno no solo se anticipa a las necesidades del ciudadano, sino que también pudiera predecir lo que podría necesitar en determinados escenarios. Se pueden mejorar las políticas públicas a partir de los cambios que se van a producir. Por tanto, es más predictible. El foco de valor ahora es la sostenibilidad. Se provee resiliencia a las comunidades ante la incertidumbre que genera la propia sociedad moderna. Se desarrollan políticas de servicios sostenibles. La plataforma, en este nivel de madurez, se propone centrada en ecosistemas flexibles y cambiantes, para enfrentar los cambios que se producen con una vertiginosidad extraordinaria.
¿QUÉ SE DEBE TENER EN CUENTA PARA EMPEZAR?
Un programa de gobierno digital implica profundas transformaciones en los modos de trabajar en un territorio, por tanto, requiere de voluntad política, fundamentada desde las líneas de trabajo de la presidencia del país y acompañada del respaldo jurídico necesario para el accionar.
Una sociedad que funciona cada vez más en red no depende solo de la tenencia de dispositivos móviles o páginas web. Depende de la capacidad de articular redes humanas en las cuales hagamos valer nuestro desempeño, a través de estos dispositivos. Si no construimos y formamos redes y nos apropiamos de sus contribuciones, estas existirán y aportarán sin nosotros. El gobierno debe concebirse como un nodo articulador de actores y datos para propiciar una agenda de desarrollo, no como un centro difusor de información.
Por tanto, esta tarea no puede asumirse desconectada del esquema de trabajo de gobierno, de su gestión de comunicación e información, y de su capacidad de gestionar el desarrollo, si no como funcional a estos objetivos.
¿CÓMO ENTENDEMOS EL SISTEMA DE TRABAJO EN UN GOBIERNO DIGITAL?
La siguiente figura intenta presentar una especie de marco de referencia considerando los principales componentes de su sistema de trabajo con un enfoque holístico. Este se representa como una pirámide donde se resalta toda la importancia de los procesos y las actividades, los participantes, la información y las tecnologías como bases para el desempeño y el logro de los objetivos.

Fuente:
Colectivo de autores. (2019). Guía para LA GESTIÓN DE GOBIERNO DIGITAL en municipios cubanos. Autores: Raúl Garcés, Tatiana Delgado, Yarina Amoroso, Deborah Torres, Yunier Rodríguez, Mayra Mena, Yailuma Leyva, Willy Pedroso, William Tolentino, Yerisleydis Menéndez, Gloria Jardines, Alejandro Medina, Fidel A. Rodríguez. La Habana: Editorial UH-Universidad de La Habana. 157 p. ISBN: 978-959-7251-44-6