
Bancarización en Cuba, entre lo necesario y lo oportuno
Hace poco más de tres meses, el 2 de agosto, el Banco Central de Cuba (BCC) dispuso una serie de nuevas medidas para impulsar los procesos de bancarización en el país, quedando recogido en la Gaceta Oficial No. 55 Extraordinaria, en la Resolución 111/2013, las normas bancarias sobre límites para los cobros y pagos en efectivo en moneda nacional, su depósito, extracción y tenencia.
Según lo referido en la mencionada Resolución, la nueva normativa sería una suerte de catalizador en el proceso de bancarización del país para reordenar los flujos financieros, como respuesta al empleo intensivo en las transacciones económicas y financieras, resultado del uso del dinero efectivo por el sector no estatal y la incorporación de nuevos actores en la economía.
Como se apunta en el documento regulatorio, el incremento de la circulación del efectivo ha traído como consecuencia “un retroceso de los niveles de bancarización e inclusión financiera en el país”, aparejado a los altos costos que implica para la nación, sobre todo cuando los esfuerzos se orientan a potenciar los procesos de transformación digital del sector.
En ese sentido, la intención del Estado cubano se refleja en el lineamiento 34 de la Política Económica y Social del Estado cubano hasta el 2026, que dispone “promover el desarrollo del sistema de pago e intensificar una estrategia de inclusión financiera, con prioridad en la bancarización, que potencie una infraestructura moderna de canales electrónicos de pagos, sustentado en una educación financiera efectiva.”
Asimismo, es voluntad del gobierno cumplir con los estándares y prácticas internacionales en materia financiera, aspecto que además contribuye al cumplimiento de 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, según reconoce el Banco Mundial y otras instituciones internacionales.
¿Qué pasos se han dado para lograr estas metas?
“En los últimos años se han adoptado medidas dirigidas a promover una mayor bancarización, entre las que se destacan la bonificación de los pagos con tarjetas magnéticas, la implementación de servicios a través de teléfonos móviles, el desarrollo de aplicaciones para pagos digitales y de plataformas para el comercio electrónico como Transfermóvil y EnZona.”1
Pero la bancarización va más allá de estas iniciativas más recientes, pues en sentido general se reconoce “como un proceso asociado al establecimiento de relaciones estables, amplias y de largo plazo entre las instituciones financieras y sus usuarios, respecto de un conjunto de servicios financieros disponibles, no se encuentra referida al acceso puntual de un grupo de usuarios a un determinado servicio o producto financiero. Comprende no sólo los bancos, sino a todas las instituciones financieras (Morales & Yánez, 2006). La bancarización busca que la oferta de los servicios financieros hacia las personas se efectúe a través de las instituciones financieras, las cuales están sometidas a una regulación y control exigentes.”2
En ese orden, el Sistema Financiero y Bancario cubano, en aras de impulsar los niveles de bancarización, ha llevado a cabo acciones estratégicas orientadas a desarrollar y modernizar la infraestructura financiera e implementar nuevos instrumentos y canales en los sistemas de pago. En función de ello se ha buscado fortalecer el empleo de canales digitales y la potenciación del comercio y el gobierno electrónico, con experiencias e iniciativas como las antes mencionadas. De ahí que sea preciso esclarecer que cuando se habla de bancarización no se trata exclusivamente de eliminar la circulación del efectivo y digitalizar los procesos financieros; sino de su uso efectivo por parte de los agentes económicos para realizar las transacciones asociadas a su actividad económica.
Ahora bien, circunscribiéndonos en los procesos de transformación digital asociados a la bancarización, debemos recordar que hace poco más de 20 años se comenzó la automatización del sistema bancario cubano; pero desde 1989 ya se comenzaba a utilizar en Cuba las terminales de puntos de venta o llamados POS (por sus siglas en inglés) en los comercios.
Posteriormente, a partir de la segunda mitad de la década de los 90 se empezaron a introducir los pagos electrónicos en el país, con el turismo como sector pionero. Fue con la creación de Fincimex como sociedad privada cubana, en 1995, que se incorporaron las tarjetas internacionales en los servicios del turismo internacional.
El sistema de tarjetas red y de cajeros automáticos fue creado en 1997, y a partir de entonces se inició el despliegue del primer servicio de Banca Remota por BANDEC (Virtual); implementado por la INTRANET cubana para personas jurídicas y naturales.
A inicios de los 2000 la empresa Citmatel, precursora en el comercio electrónico en el país, estableció las transacciones bancarias por estos canales, y apostó por fortalecer la seguridad, estabilidad de los servicios y despliegue de plataformas tecnológicas.
El surgimiento de la banca telefónica en el 2006 aceleró la digitalización de los pagos de servicios básicos de la población, las consultas de saldos y esclarecer dudas sobre las cuentas bancarias.
Más tarde, se desarrollaron las pasarelas de pagos y ya para el 2016 comenzó el desarrollo del comercio electrónico en el país.
Según especialistas en el tema, actualmente el nivel de operaciones de la banca electrónica supera la de la banca tradicional. En las cajas de las sucursales el 75-79 % de las operaciones se realizan a través de pagos electrónicos.
Por otro lado, se ha venido trabajando en una estrategia Nacional de Educación Financiera (ENEF) que tributa al objetivo de la bancarización. En ese sentido, se desarrolla el proyecto “Inclusión, educación financiera y el desarrollo de los sistemas de pagos”, que se inserta en el programa “Desarrollo del Sistema Financiero” y cuyo objetivo general es incrementar los niveles de inclusión y educación financiera en la sociedad, así como desarrollar y modernizar el sistema de pago.
Además, el país está adecuando una práctica internacional, ajustada a las condiciones del contexto cubano.
Como se aprecia, el proceso de bancarización no es nuevo en nuestro país y se han logrado avances a lo largo de los años; sin embargo, “los niveles de bancarización aún son bajos”1 y el camino transitado no ha estado exento de desaciertos que lastran su impulso.
¿Cuáles son las principales brechas que entorpecen la bancarización en Cuba?
Si bien desde el marco regulatorio, apoyado en las nuevas tecnologías, son visibles los esfuerzos para potenciar una mayor bancarización en el país, no son escasos los elementos del entramado institucional y sistémico que han actuado de manera negativa en la consecución de dicho objetivo.
Las recientes medidas llegan en medio de un escenario marcado por importantes desequilibrios macroeconómicos en el país: un bajo crecimiento de la economía, aumento de la inflación, la creciente dolarización, limitados bienes de consumo e insumos en el sector estatal, aumento de los mercados informales, y el agravamiento de la inconvertibilidad y el poder adquisitivo de la moneda nacional.
En el criterio de expertos acerca del tema de la bancarización, un aspecto crucial es que no se ha logrado “actuar sobre las causas subyacentes que determinan la mayor propensión al uso del efectivo (incentivos), lo cual se explica, en parte, por la prevalencia de actividades informales y el estímulo a la evasión fiscal, dadas las incoherencias en el diseño de la política tributaria.”1
Fenómenos como la dolarización de la economía cubana, con el consecuente incremento de la circulación monetaria y la inflación, influyen en que las personas ponderen el uso del efectivo, en detrimento de las transacciones por los canales digitales; y por ende, de los procesos de bancarización.
Por tanto, uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad cubana para lograr mayores niveles de bancarización, es la reducción del uso de efectivo y poder garantizar la potenciación de medios electrónicos de pago, generar incentivos bancarios y fiscales, así como desarrollar productos de ahorro e inversión.
Por otro lado, la insuficiente infraestructura tecnológica continúa siendo un talón de Aquiles, y frena el desarrollo de alternativas que permitan ampliar los canales digitales y electrónicos a través de los cuales se dinamicen las operaciones financieras.
De igual manera se impone una mayor alfabetización orientada a solventar los bajos niveles de educación financiera y la reducida formación técnica en temas de inclusión. Potenciar capacidades y competencias tanto en la población como en funcionarios y actores económicos, favorecerá un mejor desempeño y despliegue de las acciones que se acometan.
Asimismo, se señala la necesidad de intencionar acciones que redunden en una mayor confianza en el sistema financiero y generar alternativas a las fuentes informales de financiamiento. En ese mismo orden, aspectos como la facilidad de acceso, la rapidez y viabilidad, la eficiencia y seguridad, tributarán a una mayor confianza en el sistema.
Sin embargo, el actual diseño y los mecanismos de funcionamiento de las entidades financieras, las condiciones macroeconómicas existentes y la informalidad de la economía, no generan incentivos para un desarrollo de la inclusión financiera y la bancarización. De ahí que las medidas adoptadas no alcanzan a hacer frente a los problemas multicausales que vienen esculpiendo la economía cubana; y que por tanto, dichas medidas resulten insuficientes para alcanzar los objetivos de mayor bancarización y frenar la tendenciade crecimiento de los volúmenes de efectivo en manos de la población.
¿Por qué un proceso coherente de bancarización es beneficioso para el país?
Un proceso cabal de bancarización, en condiciones no ideales, pero sí favorables, redundará en un sistema bancario moderno y tecnológicamente más avanzado. El empleo de canales digitales y medios electrónicos de pago en las transacciones económicas y financieras por todos los actores de la economía, permitirá acompañar el buen funcionamiento de la economía cubana, al garantizar la ejecución de los pagos de forma ágil, segura y eficiente.
Algunos de los principales beneficios son los siguientes:
- Fomentar el ahorro, dar acceso al crédito y reducir los costos de seguridad en las transacciones.
- Aumentar la robustez y el desarrollo de los sistemas financieros de un país.
- Hacer más eficiente la conducción de la política monetaria, así como el control de la actividad fiscal.
- Mejorar el acceso y uso sostenible de los productos y servicios bancarios y financieros de calidad, dirigidos a los distintos actores económicos y sociales.
- Identificar los sectores más excluidos y vulnerables para orientar estrategias oportunas en función de ellos.
- Medir el pulso de la educación financiera del país y actuar en consecuencia.
- Lograr la participación formal de todos los actores en las transacciones financieras y económicas.
- Contribuir a mejorar y controlar la asignación de recursos, así como dinamizar la actividad productiva.
- Reducir los ciclos de cobro y pago de las entidades (se incentiva el rápido movimiento de los flujos monetarios).
- Reducir los costos para la recepción de pagos (horas de viaje de traslado físico del dinero) y lograr eficiencia y rapidez en los cobros.
- Mejorar los servicios y aliviar las colas en los bancos y centros de atención para el pago de bienes y servicios.
- Minimizar las operaciones provenientes del lavado de activos, financiación del terrorismo, actividades ilegales y fraudulentas.
Para los actores económicos resulta ventajoso en tanto garantiza seguridad en las transacciones financieras tanto para el banco como para el usuario; además, no se requiere portar grandes cantidades de dinero en efectivo.
En términos de protección, conexión y acceso, también es beneficioso pues cuentan con claves personalizadas, no necesitan contar con un plan de datos o acceso a internet y pueden acceder a los servicios bancarios desde un dispositivo celular y realizar pagos desde el mismo. Asimismo, posibilita la reducción de los costos en transacciones y ahorro de tiempo, logrando mayor eficiencia al tener más disponibilidad e inmediatez.
En sentido general, la bancarización contribuirá a obtener más ingresos para el presupuesto del Estado, ya que permitirá disminuir las conductas de evasión de impuestos. De igual manera favorecerá el ordenamiento del sistema impositivo, contribuirá a la regulación de los delitos y la corrupción, y potenciará el comercio electrónico. La bancarización será crucial para impulsar la producción de bienes y servicios, y como consecuencia, la satisfacción de las demandas del consumo interno y también de la exportación, aspectos clave para forjar el desarrollo económico y social del país.
Sin embargo, todo ello dependerá en gran medida de la capacidad para corregir y solucionar las problemáticas institucionales y los desequilibrios macroeconómicos antes referidos. Avanzar hacia puerto seguro requerirá de la acción coordinada, coherente y consciente de todos los actores de la sociedad cubana y de la administración central del Estado.
Bibliografía
- Lage, C. & Cruz, K. (2021). Desafíos institucionales del sistema financiero cubano. Economía y Desarrollo, vol.166, no.2. La Habana, jul.-dic. 2022. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0252-85842022000200001#fn20
- Mora, Adriana (2021). Inclusión financiera en Cuba: primeras aproximaciones a restricciones y soluciones. Tesis de Diploma. Universidad de La Habana. Facultad de Economía.
- Gaceta Oficial No. 55 Extraordinaria, en la Resolución 111/2013. Disponible en: https://www.gacetaoficial.gob.cu/sites/default/files/goc-2023-ex55.pdf
- Bancarización de transacciones. Manual de contenidos para el facilitador.
- Cubahora (2023). Bancarización y modernización, una meta bien alta para el sistema financiero cubano. Disponible en:https://www.cubahora.cu/economia/bancarizacion-y-modernizacion-una-meta-bien-alta-para-el-sistema-financiero-cubano
- Cubadebate (2023). La bancarización es una respuesta estratégica a una necesidad del sistema bancario. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2023/08/16/la-bancarizacion-es-una-respuesta-estrategica-a-una-necesidad-del-sistema-bancario/
- Bohemia (2023). Bancarización en Cuba: ¿Hacia dónde apunta la brújula? Disponible en: https://bohemia.cu/bancarizacion-en-cuba-hacia-donde-apunta-la-brujula/
- Radio Habana Cuba (2023). Bancarización e inclusión financiera en la política económica de Cuba. Disponible en: https://www.radiohc.cu/especiales/comentarios/331657-bancarizacion-e-inclusion-financiera-en-la-politica-economica-de-cuba
- Granma (2023). Bancarización, mayores facilidades para los cubanos (+ Video). Disponible en: https://www.granma.cu/pensar-en-qr/2023-09-11/bancarizacion-mayores-facilidades-para-los-cubanos-11-09-2023-22-09-28