
Análisis de redes complejas en el Informe IDGE 2022: apuntes en torno a sus principales hallazgos
El Informe de las Naciones Unidas sobre Gobierno Electrónico es una publicación bianual, cuyo objetivo principal es evaluar el desempeño de los países miembros en este ámbito. En su edición más reciente, se empleó por primera vez la metodología de análisis de redes complejas, con el interés explícito de ampliar el análisis de las variables que inciden en dicho desempeño, más allá del nivel de ingreso nacional. En este sentido, interesa aquí comentar algunos aspectos de este estudio, a partir de la información disponible en el informe.
A partir de la aplicación de esta metodología se procesaron más de 500 variables, identificándose cuatro grupos de países, en función de sus similitudes respecto a los valores de los indicadores de desarrollo social analizados (Tabla 1). El año de referencia para la recopilación de datos fue el 2020, aunque en el caso que no hubo información disponible, se completaron los datos con los años 2018 y 2019.
En el estudio se tuvieron en cuenta más de 300 Indicadores de Desarrollo Global, del Banco Mundial, relativos a aspectos de salud, economía, sociedad y medio ambiente. Se incluyeron también más de 200 indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular aspectos de relevancia directa para el gobierno electrónico, como el acceso a la electricidad, la cobertura de red móvil, entre otros.
El principal resultado del estudio se corresponde con la clasificación, a lo interno de cada grupo, de “país mejor de su grupo” (top-of-the-class) y “país con potencialidades de mejoras” (room-for-improvements). Ambas categorías dan cuenta de la intención del informe de evaluar el accionar nacional relativo al desarrollo del gobierno electrónico, tomando en cuenta los puntos de partida de cada nación en términos de desarrollo social.
En este sentido, la primera categoría apunta a lo que en el informe se considera como un desempeño que supera las expectativas. La segunda, por su parte, formulada en forma de potencial para avanzar hacia este propósito y alcanzar Índices de Desarrollo del Gobierno Electrónico (IDGE) similares a los de su grupo, apunta en esencia a una pobre actuación según lo que podría esperarse de su nivel de desarrollo social, tomando como referencia los logros alcanzados por el resto de las naciones de su grupo de pertenencia.
Otras dos categorías se incluyen igualmente en el estudio. La de “país de referencia” (Benchmark) y la de “país rezagado” (Trailing). Estas últimas se definen como aquellas que requerirían en especial de apoyo para mejorar sus condiciones en áreas relevantes para la clasificación del IDGE.
Tabla 1. Clasificación de las naciones según los cuatro grupos identificados en el estudio piloto
Grupo I |
País de referencia: Australia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Países Bajos, Nueva Zelanda, República de Corea, Singapur, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos.
País con potencialidades de mejoras: Cuba, Mónaco, San Marino
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Grupo II |
País mejor de su grupo: Argentina, Chile, Kazajstán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Uruguay
País con potencialidades de mejoras: Belice, El Salvador, Líbano, Nauru, Palaos
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Grupo III |
País mejor de su grupo: Fiji, Indonesia, Kyrgyzstan, Paraguay, Pilipinas, Bolivia, Uzbekistán
País con potencialidades de mejoras: República Popular Democrática de Corea, Djibouti, Estados Federales de Micronesia, Honduras, Laos, Libia, Islas Marshall, Islas Solomon, Siria, Tuvalu
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Grupo IV |
País mejor de su grupo: Camerún, Costa de Marfil, Ghana, Kenia, Lesoto, Nigeria, Ruanda, Senegal, Uganda, Zambia, Zimbabue
País rezagado: Afganistán, República Centroafricana, Chad, Eritrea, Guinea-Bissau, Haití, Nigeria, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur.
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Fuente: UNDESA. “E-Government Survey 2022. The Future of Digital Government”
El amplio sistema de variables incluido en el estudio y su procesamiento para la identificación de similitudes y diferencias entre los países, enriquece el análisis de los factores que pueden incidir en las posibilidades nacionales de desarrollo del gobierno electrónico, principalmente al no limitarlo al ingreso nacional. Este último ha sido, además, objeto de fuertes críticas en tanto medidor de desarrollo, como ocurre con el criterio de acceso a ayuda oficial al desarrollo. Naciones con niveles altos y medios de ingreso nacional, pero con otras especificidades como es el caso de los Pequeños Estados Insulares, han cuestionado fuertemente esta cuestión.
En el Informe se plantea que la clasificación en cuatro grupos de naciones a partir del empleo del análisis de redes complejas, posibilita una reinterpretación de los niveles de desarrollo de gobierno electrónico de las mismas y de sus posiciones en el IDGE. De este modo, por ejemplo, como se señala en el informe, en cada uno de los cuatro niveles de IDGE (muy alto, alto, medio, bajo) es posible identificar naciones cuyos avances en esta esfera pueden considerarse relevantes (o pobres, según el caso), tomando como referencia los alcanzados por otros países con niveles similares de desarrollo social.
Asumir como criterio para evaluar el desempeño nacional relativo al gobierno electrónico, los avances logrados por naciones que comparten resultados similares en materia de desarrollo social, resulta una propuesta interesante. Sin embargo, puede ser al mismo tiempo cuestionable si no se toman en cuenta la totalidad de los factores que en cada nación en específico pudieran estar explicando sus derroteros en este ámbito, y que debiera ser, en última instancia, el criterio de evaluación de desempeño.
Véase el caso de Cuba, identificada como “país con potencialidades de mejoras”. Las potencialidades de mejoras se conciben en el estudio tomando como referencia los resultados obtenidos por las naciones del grupo de pertenencia. De modo que, según el estudio, nuestro país pudiera haber alcanzado (o pudiera alcanzar) niveles similares de desarrollo de gobierno electrónico de países como Dinamarca y Finlandia. Este tipo de análisis no estaría tomando en cuenta otros elementos de la realidad cubana que enriquecerían un criterio de evaluación de esta brecha digital, como su condición de economía pequeña y subdesarrollada, de Pequeño Estado Insular, y los constreñimientos del entorno internacional.
Los resultados obtenidos en el estudio piloto, no deben interpretarse por tanto como un resultado en sí mismo. Deben de entenderse más bien como un insumo para análisis más profundos que tomen en cuenta además otros factores según el contexto de cada nación.
Fuentes
UNDESA. “E-Government Survey 2022. The Future of Digital Government”. http://publicadministration.un.org/egovkb/en-us/Reports/UN-E-Goverment-Survey-2022